Fotografía José Luque
Rescatando el legado aeronáutico: La Imperiosa Necesidad de un Museo del Aire.
Sevilla es una ciudad que vive de sus tradiciones… trata de modernizarse, pero no cabe duda de que vive de ellas, básicamente de la Semana Santa, profundamente arraigada en la tradición religiosa andaluza, y de la Feria de Abril, vívida expresión del folclore y la alegría naturales de nuestra comunidad autónoma.
Pero… y casi siempre hay un “pero” mis estimados lectores… estar anclado a las tradiciones puede ser una desventaja en un mundo en constante evolución y, aunque las tradiciones aportan estabilidad y conexiones culturales, también pueden limitar el progreso y la adaptación a nuevos tiempos y mercados dada la desventaja significativa que radica en la resistencia a los nuevos paradigmas. Aferrarse a las tradiciones a menudo se nos aprisiona en el «statu quo» y nos mantiene anclados impidiendo la innovación y la adopción de nuevos enfoques culturales.
Nuestra ciudad está olvidando algo fundamental en su historia, en la de España y la del mundo en general: Su primordial importancia en el desarrollo de la aeronáutica.
En esta ciudad donde el zumbido de los motores y la elegancia de las alas han sido parte fundamental de su identidad y de su historia, dotarla de un Museo del Aire como se merece una ciudad de su importancia no se trata simplemente de una cuestión de preservar el pasado y ponerlo en valor, sino también de consolidar un futuro que debería proteger y que debería aspirar a fortalecer.
Otras comunidades autónomas se han dado cuenta de la importancia económica del sector aeronáutico y, aunque en su derecho de hacerlo, están traicioneramente tratando de socavar/arañar parte del prestigio e impulso que esta área representa para toda Andalucía. Nuestra urbe, cuya historia se teje en el lienzo del cielo, no puede permitirse el lujo de olvidar sus raíces aeronáuticas, ni pasar por alto el papel crucial que desempeñará en las alturas y en el porvenir de sus ciudadanos.
Desde sus primeros días como cuna de la aviación, esta ciudad ha sido testigo de hazañas intrépidas, valerosos Raids e innovaciones revolucionarias que han constituido contribuciones invaluables al progreso tecnológico. Desde la antigua fábricas de Hispano Aviación en Triana, hasta la factoría en Airbus en Tablada y en la actualidad el polo aeronáutico de San Pablo/AeróPolis, un museo del aire sería, en esencia, el faro que iluminaría el camino hacia el futuro, recordando a los ciudadanos y al mundo en general la relevancia pública de una ciudad con un legado tan excepcional.
Podríamos destacar entre los muchos otros acontecimientos notables:
- La llegada de los aviadores del hidroavión Plus Ultra (1926) a Sevilla, que el 22 de enero de 1926 despegó desde Palos de la Frontera, Huelva, para realizar un vuelo transatlántico hasta Buenos Aires, Argentina; vuelo histórico que fue liderado por el comandante Ramón Franco, y se convirtió en el primer vuelo sin escalas entre España y América del Sur.
- La hazaña del ‘Jesús del Gran Poder’, que desde Tablada despegó el 24 de marzo de 1929 en un vuelo que duró 43 horas y 50 minutos, sin escala, hasta Bahía, Brasil, sumando en línea recta 6.746 kilómetros.
- El Raid Camagüey-Sevilla, vuelo realizado desde Cuba a España por el piloto Antonio Menéndez Peláez, con el avión “4 de septiembre” en febrero de 1936, en respuesta a los históricos vuelos realizados desde esta base por los pilotos Jiménez e Iglesias con el avión “Jesús del Gran Poder”.
- El sobrevuelo y aterrizaje Graf Zeppelin con matrícula D-LZ127 hasta en 17 ocasiones en la capital hispalense causando una enorme expectación, donde la ciudad postuló como una posible terminal para las rutas transatlánticas que conectasen Europa con América.
- Los desarrollos por Hispano Aviación y posteriormente Construcciones Aeronáuticas (CASA) de los HA-100 Triana, HA-200 Saeta, CASA C-101 Aviojet y CASA C-212 Aviocar, sin olvidar la excepcional oportunidad industrial que ha supuesto para la ciudad el ensamblaje final del increíble Airbus A400-M Altas.
- El aterrizaje del avión eléctrico Solar Impulse en Sevilla durante su exitoso vuelo/tránsito para dar la vuelta al mundo impulsado únicamente por energía solar.
Vemos como con algunos de estos ejemplos podemos apreciar claramente la importancia a lo largo del siglo pasado de nuestra capital para las rutas aéreas comerciales. Por otra parte y encarando al futuro, debemos resaltar las negociaciones que la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía está realizando actualmente para convertir a Sevilla en nodo de comunicaciones transatlánticas e incluso internacionales.
También debemos considerar el escenario militar. La Base Aérea de Morón de la Frontera, ubicada en nuestra provincia, sede del Ala 11 del Ejército del Aire de España y equipada con aviones de última generación Eurofighter Typhoon, ha desempeñado un papel significativo en diversos aspectos, aportando valiosos recursos tanto a la seguridad nacional, como a la economía local y las relaciones internacionales de la provincia, consolidándose como una instalación estratégica con múltiples dimensiones de importancia.
Ciñéndonos al ámbito político, la creación de un auténtico Museo del Aire se convertiría en una manifestación tangible del compromiso de las autoridades locales con la preservación de la historia, la promoción de la cultura y la afirmación de la firme apuesta por promover sus aspiraciones industriales y tecnológicas de crecimiento económico. No sería simplemente una estructura física, sino un testimonio vivo del respeto por la tradición y la comprensión de que el pasado y el futuro aeroespacial de la ciudad es un activo político inestimable y estratégico.
Sevilla ya cuenta con un incipiente Museo del Aire en el Acuartelamiento de Tablada, pero convertirlo en algo más serio se podría erigirse como monumento no solo a los pioneros del vuelo, sino también a la capacidad de una ciudad para adaptarse y liderar una era de constante cambio. En el ámbito político, serviría como una herramienta de diplomacia cultural, atrayendo visitantes de todo el mundo y fomentando la colaboración internacional en el ámbito aeronáutico.
En el aspecto comercial, la presencia de un Museo del Aire se traduce en oportunidades económicas significativas. Este no sería simplemente un lugar de nostalgia, sino un imán para el turismo, generando ingresos y creando empleo en una variedad de sectores, desde el turismo hasta la restauración y el comercio local. He visitado festivales y museos aeronáuticos a lo largo de todo el mundo – en mi último viaje el del portaaviones USS Intrepid, situado en el muelle 86, del West Side de Manhattan – y puedo certificar que en todos los casos se han convertido en centros de atracción cultural y turística – a pesar las habituales colas de acceso como las que yo mismo he tenido que padecer en casi todas las ocasiones -.
Además del material de exposición estático y paneles informativos con el que habría que dotarlo, las posibles exhibiciones interactivas y algunas experiencias inmersivas no solo atraerían a aficionados a la aviación, sino también a estudiantes y profesionales interesados en las ciencias aeroespaciales. La ciudad se convertirá en un centro de educación e innovación, generando un flujo constante de talento y conocimiento que alimentará el desarrollo comercial aeroespacial en la región.
Por otra parte, en el ámbito comercial, un Museo del Aire también sirve como un escaparate para la industria aeroespacial local. No cabe duda de que Sevilla tiene el privilegio de acoger a industrias punteras del sector. Estas empresas podría exhibir sus últimos avances tecnológicos, estableciendo un vínculo directo entre la tradición y la innovación, lo que no solo promovería la visibilidad de las empresas locales, sino que también atraería la atención de inversionistas, socios comerciales potenciales y empresas auxiliares.
!Piensen en el incentivo económico, de empleo y cultural que ello significaría!
En resumen, la creación de un Museo del Aire en esta ciudad con tan rica historia aeronáutica no es solo una cuestión de nostalgia o preservación, sino una inversión estratégica en su futuro. Desde el punto de vista público, polític0 y comercial, este museo se erigiría como un faro que iluminaría la senda hacia un horizonte lleno de posibilidades aeroespaciales y sociales. Su importancia trasciende el mero acto de recordar; sería un compromiso con el progreso y un tributo al legado que debe seguir impulsando a esta ciudad hacia las alturas.
Elucubraciones.
Darle vueltas a estas cuestiones, que llevan tiempo rondándome por la cabeza, ha hecho que me plantee la decisión de tratar de promover en la medida de mis posibilidades la necesidad de materializar la aspiración de que nuestra localidad disponga con una instalación museística a la altura de las expectativas de cualquier ciudad que se precie de tal y con tamaña implicación aeronáutica. Así lo he abordado, tomándomelo casi como un «proyecto personal», y… así lo he hecho patente en los diversos foros en los que he tenido la oportunidad de participar.
Retomando la parábola del pictórica que mencionaba al comienzo de mis cavilaciones, abordar un proyecto de esta categoría sería inviable sin cierta planificación, y el arte de planificar, al igual que cuando un pintor prepara su lienzo, es esencial para el éxito de cualquier proyecto. La propuesta lo requiere. La ausencia de un cronograma robusto y serio sería como una pincelada sin guía, como un proyecto sin dirección y probablemente acabaría destinado a perderse en el caos de la improvisación.
Para la apuesta de futuro que os propongo, tener en cuenta a las empresas e instituciones públicas y militares interesadas – cuyas expectativas marcarían los tiempos, darían forma al destino final del proyecto y cuya colaboración sería sin duda necesaria – es de suma importancia. Tengo una idea bastante clara de cómo llevarlo a buen término.
Durante el desarrollo de las jornadas del Campeonato de Andalucía de Vuelo Simulado – organizado por la FEADA (Federación Andaluza de Deportes Aéreos) en la urbanización El Eucaliptal de Alcalá de Guadaira, en la que colaboré documentando gráficamente el desarrollo de las competiciones – tuve la oportunidad de exponer mi visión del proyecto a un miembro de la Maestranza Aérea del Ejército del Aire. Al explicarle mi propuesta para dotar de contenidos relevantes y convertir el actual en un «auténtico» Museo del Aire – que como he demostrado en párrafos anteriores Sevilla merece tanto o más que otras metrópolis… ¡Hasta Málaga dispone de uno! -, pareció mostrarse muy interesado por lo sorprendentemente factible de la concepción del proyecto que tengo en mente así como de la escasa/mínima necesidad de aporte económico para llevarlo a cabo si se aprovecha la coyuntura actual.
Estén atentos pues, en la segunda parte del artículo daré cuerpo y formalizaré mi propuesta. Seguro que les resultará de sumo interés. He estado unos días de descanso y he aprovechado parte del tiempo libre para meditar como afrontar esta nueva iniciativa y redactar este post. Ahora vuelvo a incorporarme al trabajo, a la rutina diaria y a mis otros quehaceres… y despues las navidades… ¡Tengo la «Parte II» ya en redacción pero sean pacientes por favor! Intentaré compensarles la demora.
Un saludo Damas y Caballeros. Y como suelo decir a mis colegas del mundo aeronáutico: “Nos vemos ahí arriba”!!!
P.d.: Especial agradecimiento a José Luque, excelente amigo y fotógrafo, al que pedí que tomase la fotografía que ilustra este artículo, estuvo a punto de costarle un arresto mientras se movía alrededor del Dassault Mirage F1 que adorna el acceso al recinto de Tablada buscando la mejor perspectiva de la aeronave. Dice mucho de la calidad de su amistad y de la gran eficacia del destacamento de Policía Militar del Acuartelamiento Aéreo.
😉
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