To FCAS, or not to FCAS, that is the question!!!
Buenos días/tardes\noches, mis queridos lectores. El tema que les traigo en esta ocasión no puede parodiar de mejor manera al significado de aquella frase que William Shakespeare acuñó allá por el siglo XV en la primera escena del acto tercero de Hamlet. Dicha frase es usada y considerada como síntesis de los procesos mentales de indecisión y duda.
El Futuro Sistema Aéreo de Combate o FCAS (siglas del inglés Future Combat Air System) es el sistema de sistemas de combate europeo que están desarrollando entre Airbus, Thales Group, Indra Sistemas y Dassault Aviación. El FCAS constará de un Sistema de Armas de Próxima Generación (en inglés, Next-Generation Weapon System, NGWS) así como otros elementos aéreos concebidos de cara al previsible futuro espacio de batalla operacional.
Los componentes del NGWS serán vehículos operados remotamente (enjambres de drones) así como un nuevo caza de sexta Generación (en inglés, New Generation Fighter, NGF).
Antes de entrar al trapo, quisiera hacerles notar algunas ideas de “pensamiento lateral” que vienen al caso respecto al proyecto de avión de combate que les presento hoy.
- En primer lugar, la cierta “proximidad sonora” del término FCAS y la palabra castellana “Fracasar”. Créanme o no, pero la Unión Europea se juega demasiado con este proyecto. Si son pacientes en unos párrafos lo argumentaré adecuadamente.
- En segundo lugar, Shakespeare, alias “El bardo”, fue un escritor británico, y precisamente una coalición de empresas lideradas por el Reino Unido compiten trabajando en una aeronave de características similares.
- En tercer lugar, son conocidas las múltiples ocasiones en que el gobierno anglosajón ha torpedeado las iniciativas industriales europeas en beneficio propio.
- Por último, y tal como sugería al final del primer párrafo de este “post”, es señalada la indecisión y lentitud en la toma de decisiones de calado que recurrentemente afecta a nuestra Comunidad Europea.
Todos estos factores y otros más que expondré a continuación han hecho que estuviese a punto de titular este artículo… “El culebrón FCAS”. Pero, a pesar de lo cercano metafóricamente hablando de esta propuesta de título a la realidad de lo acontecido hasta ahora con el futuro Sistema Aéreo de Combate, mi aversión a cierto tipo de prensa sensacionalista, al estilo comunicativo de esos medios y a los novelones/series rosa, me hizo pensar que ese enunciado ahuyentaría a algún que otro lector, pues degradaría la imagen de calidad y seriedad con que suelo abordar los contenidos de temática militar que os propongo.
Tras esta obligada introducción, paso ahora a plantearles mi punto de vista de este proyecto tecnológico.
El porqué del FCAS.
Parece que no, pero el tiempo pasa y las predicciones se cumplen… ¡la ciencia ficción ha llegado! Aquellas tecnologías que vaticinaban películas como la reciente “Top Gun: Maverick”, “Stealth: La amenaza invisible” entre otras, o incluso la más antigua “FireFox, el arma definitiva” de Clint Easwood, están a día de hoy materializándose.
“Firefox” presentaba un avión capacitado para alcanzar velocidades increíbles; ofrecía una maniobrabilidad jamás soñada por los ingenieros de aviónica occidentales, y poseía un sistema de armas tan futurista que bastaba el pensamiento del piloto para accionarlo. “Stealth”, presentaba los avanzados aviones invisibles A-37 Talon y a “EDI UCAV” un dron de combate tipo Loyal Wingman dirigido por una IA (inteligencia Artificial). “Top Gun” nos muestra el DarkStar hipersónico con motores mixtos de postcombustión turbojet/low-bypass y scramjet… Si, todo ello parece ciencia ficción, pero… ¡no lo es! Todas esas tecnologías están ya aquí, son reales y o bien están ya probándose en túneles de viento/prototipos, o bien algunas de ellas están a poco tiempo de salir a luz pública en forma de aeronaves reales.
¿Por qué?, preguntaba en el título de este apartado. ¿Frente a ello qué tiene Europa? ¿El EF-2000 Eurofighter Thyphoon?… ¡No me hagan reír, por dios! ¡Un avión diseñado en los 80! Por cierto, apenas furtivo según los estándares actuales. No digo que no sea uno de los mejores cazas de su generación (4++), y si… ha vencido en «alguna ocasión» al afamado Lockheed Martin F-22 Raptor – siempre en condiciones ventajosas para el EF-2000 -, tiene cierto porcentaje de materiales compuestos que reducen su reflejo de ondas de radar y se está intentado mantener actualizado gracias a las diversas etapas/tranches con las que se está desarrollando su célula y aviónica, pero tecnológicamente se trata de una plataforma obsoleta en los disputados futuros escenarios de combate previsibles.
Si no se quiere perder el carro de la innovación, la industria aeronáutica europea necesita un reemplazo YA. Ténganlo claro:
No se trata tan solo de un tema puramente de defensa, sino también industrial.
Y no soy el único que piensa así!!!
La industria aeronáutica europea.
Podría hablar de inmnesa la herencia aeronáutica de la vieja europa, pero centrémonos en el ahora.
Si bien la industria alemana soporta prácticamente en solitario el liderazgo en desarrollo e innovación a nivel de armamento de tierra y carros de combate (fundamentalmente Rheninmetal), en cambio la industria aeronáutica europea está liderada por el consorcio Airbus formado por Francia, Alemania, España y el Reino Unido. Fruto de él tenemos aviones militares como el A400M Atlas o en EF-2000 Eurofighter, ambos, proyectos muy ambiciosos que han estado sometidos a no pocas polémicas políticas a lo largo de sus respectivos procesos de desarrollo. El futuro FCAS tampoco iba a estar exento de dichas polémicas.
Tensión Dassault/Airbus.
El chauvinismo francés, siempre ha sido fuente de tensión político-militar, como muestra tienen la turbulenta época en la que Napoleón Bonaparte pretendía regir el destino del mundo. Su creencia en la superioridad y excelencia tanto de sus ciudadanos como de sus creaciones ha dado algún que otro disgusto al pueblo francés ya en el pasado. Durante la Segunda Guerra Mundial sus defensas de la Línea Maginot cedieron como la mantequilla ante el empuje de la apisonadora alemana, y los aviones de diseño francés fueron barridos de los cielos tan pronto dieron comienzo las hostilidades.
Esas y otras duras lecciones no les han bajado del burro respecto a la idea de su dominio en todo lo relativo a cualquier concepto militar. Para ser justos, tampoco les falta algo de razón. Sus aviones en delta Marcel Dassault Mirage de la época de la guerra fría fueron excelentes máquinas de guerra, alcanzando éxitos notables en combate y de exportación, lo que puede llegar a explicar que se crean/tengan por los mejores en diseño aeronáutico de la vieja Europa.
Los franceses están abiertos a colaborar a nivel europeo, pero… siempre que ellos manden… sino… no tienen ningún problema en bajarse del tren y seguir su propio camino, lo que les permite garantizar su independencia tecnológica. Ese comportamiento estuvo a punto de hacer fracasar el proyecto conjunto anglo-francés del Concorde, e hizo fracasar su colaboración en el proyecto del Eurofighter – en cuyas fases iniciales de diseño participaron – del que se retiraron en 1985 dando lugar a que a partir de su proyecto ACX – Avion de Combat eXpérimental – desarrollasen el excelente Dasault Aviation Rafale, muy similar en características al diseño europeo.
En la situación actual, la puntera empresa española INDRA, dentro de su línea de I+D de defensa, está o si decidida a continuar desarrollando la tecnología electrónica que gestionará los nuevos campos de batalla aeronáutica. Los franceses, con o sin la ayuda de la Unión Europea y en aras de esa independencia tecnológica que mencionaba antes, están completamente decididos a diseñar nuevas máquinas de combate a la altura de los tiempos. Europa, tensionada y sometida a constantes diatribas económico-políticas no tiene la suficiente coherencia y serenidad necesarias para acometer en conjunto un proyecto tan complejo como el desarrollo de una nueva generación de aeronaves de sexta generación capaces de hacer frente a los retos que la geopolítica está planteando. Todo ello ha generado una lucha de poder entre Dassault y Airbus acerca del diseño y posterior control industrial del proyecto que a la postre se ha convertido en un Tira y afloja – a mi modo de ver todo un curioso y divertido culebrón al más puro estilo de los novelones televisivos – que perjudica y retrasa innecesariamente el futuro del futuro avión de combate europeo.
Ese retraso es un tema que me preocupa especialmente. En la actualidad, los tiempos de desarrollo de sistemas de esa complejidad son enormes. Se tardan años – por no decir décadas – desde que se proponen las especificaciones iniciales, se construyen, prueban y afinan los prototipos, y finalmente entran en servicio el/los productos resultantes. Tengan claro que, en estos momentos, mis queridos lectores, el tiempo es fundamental. Se intuye un posible conflicto global en el horizonte, como se viene diciendo ya desde la época del Imperio Romano:
Si quieres la paz prepárate para la guerra.
Y Europa sabe que o bien desarrolla un sistema de combate aéreo pronto o bien tendrá que comprar tecnología al “amigo americano”, con lo cual tanto la importante inversión económica, como el I+D, como el coste de oportunidad escaparán definitivamente a otros lares. Así que o “Europa” da su brazo a torcer y permite que los franceses conserven cierto liderazgo en este desarrollo concreto o bien se las apaña como pueda y “compra” lo que otros les permitan comprar. Esta última opción ha levantado no pocas polémicas y suspicacias políticas destapando nuestra compleja realidad empresarial. Léanse como ejemplos la muy discutida compra de aviones Lockheed Martin F-35 Lighning II por parte del ejército suizo, o la bajada de pantalones alemana con una adquisición similar dada la ausencia de alternativas europeas.
Afortunadamente a la luz de las últimas informaciones en los medios de comunicación parece ser que por fin la industria europea, ante el “baño de realidad”, ha decidido por fin aclarar el panorama y unificar esfuerzos, allanando el camino para hacer realidad este proyecto común que confío llegue a buen puerto. Esperemos que, según comenta la agencia EFE, los primeros vuelos de prueba del demostrador del futuro caza europeo tengan por fin lugar en 2028 como se estima.
Consideraciones finales.
Para no saturarlos voy a evitar extenderme mucho más en este artículo pero, si bien el tema merece otro análisis detallado más adelante, no quiero dejar de dar unas pinceladas de algunas cuestiones aledañas al tema principal.
- Las cuestiones políticas acaban teniendo consecuencias en las decisiones industriales y en nuestro caso también militares. Parece que el Brexit le va a salir caro a la británica Rolls-Royce, fabricante del motor Eurojet EJ200, que propulsa el Eurofighter EF-2000, ya que no van a poder “pillar tajada” ni “meter la zarpa” en el proyecto europeo. El futuro propulsor del FCAS será desarrollado en cooperación por una UTE compuesta por la francesa Safran Aircraft Engines y la alemana MTU Aero Engines, con la española ITP Aero como socio adicional. Confío en que evalúen la posibilidad de utilizar la nueva tecnología de motores por Ondas de Detonación, lo que podría constituir una auténtica revolución en el mundo de la propulsión aeronáutica.
- El nuevo proyecto británico de avión de sexta generación es, por decirlo de forma elegante, competencia directa – todos sabemos cómo se las gastan nuestros “vecinos” anglosajones – del desarrollo europeo. La industria británica, que durante muchos años fue máximo exponente del desarrollo aeronáutico internacional hasta que cometió el error de vender los primeros motores de reacción a los rusos, ha perdido todo el brillo y glamour de antaño. Quiere recuperar cierta dignidad en ese aspecto y está apostando por un proyecto diseñado a su medida en el que su avanzada planta motriz está siendo uno de los pilares fundamentales de su desarrollo. Está consiguiendo llamar la atención y atraer a países como Japón e Italia. Veremos cómo les sale el tema… desde luego les va a salir cara la aventura… ¡muy cara!
- Antes hablaba del “Amigo Americano”. Egoistamente – reservaron para si al F-22 Raptor – se está frotando las manos vendiendo un producto muy avanzado, pero plagado de problemas y limitaciones, ya que actualmente no tienen competencia en el mercado internacional. Me refiero al Lockheed Martin F-35 Lightning II , un producto que no satisface a nadie por su costo, complejidad y peajes logísticos asociados. Es una aeronave de utilidad en el mercado europeo donde su limitado alcance operativo no es especial problema, pero en el mercado asiático, donde por las distancias se hace necesario el repostaje en vuelo, si es factor determinante por no decir casi excluyente. Los Air Tankers son objetivos fáciles y muy vulnerables, como los australianos están empezando a darse cuenta ahora.
- Los aviones furtivos como están creciendo como setas. No me refiero al proyecto americano NGAD ni espectacular Chengdu J-20 Mighty Dragon, desarrollado este último entre otras razones gracias al eficaz servicio de espionaje tecnológico chino… Me explico: Ahora cualquier país con medios y voluntad puede fabricar un avión de avanzadas caraterísticas y con tecnologías furtivas de aceptable nivel. Hoy en día gracias a la informática, a los sistemas CAD, al cálculo digital de estructuras y a la impresión 3D, cualquiera puede diseñar una aeronave lo suficientemente avanzada como para competir con ciertas garantías de éxito en el mercado de la aviación militar. No es “barato”, ¡no!… solo cuestión de “echarle güevos”. La prueba… los nuevos prototipos coreano KF-21 Boramae y turco TAI TFX – Incluso Japón estaba desarrollando su propio prototipo, pero finalmente ha decidido unirse al proyecto británico –. Estoy seguro de que cuando se materialicen saldrán al mercado de exportación en condiciones económicas ventajosas respecto a las propuestas occidentales de los fabricantes “tradicionales”, lo que a buen seguro restará a estos potenciales clientes, haciendo a estos aún más difícil de amortizar sus inversiones en I+D.
Epilogo.
La realidad se impone. La tecnología evoluciona, la industria crece, pasó ya la expectación del momento “B-21 Raider”. Se presentó en público, ya sabemos qué es y cuál es su apariencia exterior – sus sistemas electrónicos internos son harina de otro costal -. Se trata sin duda de un producto excepcional calidad y tema que pretendo cubrir más adelante cuando disponga de criterio e información fidedigna – más allá del chamulleo con el que los “enterados” están inundando las redes en estos momentos. Saben que trato estos temas con todo el rigor posible y prefiero informarme bien antes de opinar –, pero lo que sí puedo decirles ahora es que ni por asomo veo a la Unión Europea ni al consorcio Airbus capacitados para desarrollar una aeronave de características similares, no tanto por las cuestiones técnicas en sí – que las tiene – sino por las tiranteces políticas a las que ya me he referido antes. Así que:
¡Centrémonos ahora!… ¡Céntrese Europa ahora!
Ciertamente mi consejo es que la Unión Europea necesita apostar con nitidez por el FCAS y debe esforzarse y tratar de mantener algo de relevancia a nivel industrial – como he insinuado antes, ya cualquiera puede fabricar un avión -, más ahora que estamos comprobando que nuestra posición geoestratégica está en entredicho y podemos acabar convirtiéndonos en un actor irrelevante a nivel internacional.
¿Lo conseguiremos? No lo sé, no soy adivino, pero como he sugerido en algunos de mis artículos, en la actualidad el papel de los ejércitos – y por supuesto incluye lo que se refiere a la vertiente aeronáutica – más que ofensivo es garantizar el status socioeconómico de los países… y… con una industria militar débil… ¡Piensen!
Un saludo, Damas y Caballeros!!!
P.d.: Un apunte más, algunos de los bocetos/mockup preliminares del FCAS que se han mostrado a los medios – como el que ilustra la cabecera de este artículo -, dan la impresión de que se trata de un aparato «bastante convencional»… veremos en qué queda al final. Documentar este artículo ha requerido consultar, contrastar y resumir diversas fuentes de valor escogidas/discriminadas por su interés y/o calidad, así que les recomiendo visiten los enlaces que acompañan al texto. ¿Y quién sabe?… se agolpan actualizaciones/informaciónes a medida que pasan los días… ¡Quizá tengan la suerte de leer otro de mis excelentes artículos para «redondear» el tema!
😯
El cementerio alemán!!!
Buenos días/tardes\noches de nuevo mis ilustres lectores. !Encantado de verles de nuevo por estos lares!
Como recordarán hace unos meses publiqué un artículo acerca de mi visita al cementerio americano de Luxemburgo, lo titulaba “To all that suffered!!!” – lectura previa necesaria muy recomendada y sin duda complementaria para entender el por qué y el desarrollo de este nuevo artículo -. En él, mencionaba que me restó por visitar el cercano cementerio del bando alemán. Me lo “apunté” para una futura visita… Pues bien, a veces el azar te hace recorrer caminos insospechados – quizá destinados a cruzarse – que de manera accidental acaban haciéndote cumplir esos objetivos a los aspirabas a alcanzar algún día.
Como el Ying y el Yang, como el blanco y el negro, como la cara y la cruz, considero que para formarse una opinión sobre cualquier conflicto – ya sea personal, filosófico, político o militar – es necesario tener en cuenta todas las versiones de las facciones que participan en la cuestión a dirimir. Hilando con el tema de hoy, como ya os di mi opinión sobre la forma en que el Ejército Americano honró a sus caídos, corresponde ahora hacer los honores relatando la inesperada visita que hice al camposanto alemán ubicado a las afueras de Cuacos de Yuste (Cáceres).
Antes les hice referencia a mi artículo previo, no voy a tratar de repetir su esquema, pero evidentemente estableceré ciertas analogías. Pasen pues y lean, aunque… en esta ocasión empezaré por las conclusiones.
Tengo poco o ningún ansia por morir… La vida es a veces dura y complicada… enfermedades, guerra, problemas, pobreza, racismo, contaminación, etc, pero… no me negarán que tiene cosas hermosas… enamorarse, la paz, aprender y progresar, el arte, la familia, los amigos, una puesta de sol, una sonrisa, el abrazo de un niño, … En cualquier caso, tarde o temprano el viaje llega a su fin y a veces – en nuestro texto de hoy, por culpa de la guerra – de la peor manera posible. En esos casos lo que queda de uno puede llegar a acabar en un camposanto similar al que os presento en este artículo.
En contexto.
¡Cuacos de Yuste!, ¿Qué pueblo?, ¿Qué nombre más curioso y/o atípico? ¿Quién diría que guarda tales tesoros como los que cobija?
Fui allí acompañado de personas maravillosas, sin tener muy claro a donde iba ni qué iba a encontrar, simplemente me dejé llevar. La idea: Visitar el Monasterio de Yuste, casa palacio en la que se alojó y murió Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico tras su abdicación. Está situado a las afueras de Cuacos, en la comarca de La Vera, al noreste de la provincia de Cáceres.
Durante el camino desde Villanueva de la Vera a Cuacos, mis acompañantes mencionaron las palabras “cementerio alemán” … Automáticamente vinieron a mi mente ideas como “Guerra civil”, “España”, “conflicto”, “respuestas”, “muerte”, “descanso”, “energías” … y mi “deuda” pendiente con Luxemburgo. Tenía que visitarlo, sí o sí, aunque fuese una visita corta y así se lo expresé a mis tres compañeras de viaje. Aceptaron… quizá no de muy buen grado… pero aceptaron – Entiendo que a nadie se le hace plato de buen gusto visitar un cementerio -.
Impresión.
Estando allí comprendí por qué Carlos V decidió elegir ese lugar para pasar sus últimos días… Situado en las faldas de la montaña, rodeado de luz y de verde, … ya de por si el entorno natural lo hace digno de ser visitado. Enclavado en un emplazamiento privilegiado, el agua, abundante en esta comarca cacereña, junto con las extensas arboledas convierten la zona en un paraje idílico para disfrutarlo en cualquier época del año.
El acceso al recinto, al algo estrecho y nada suntuoso, no permitía adivinar qué se encontraba tras sus puertas. Cuenta con una cuidada arquitectura y un diseño que refleja el estilo propio de los cementerios militares alemanes de la época. Presenta una estética sobria y ordenada, con filas de lápidas de granito que exhiben los nombres, rangos y fechas de fallecimiento de los soldados. Además, se encuentra rodeado por un muro de piedra y cuenta con una pequeña capilla.
Es importante destacar que el cementerio de Cuacos de Yuste es un lugar de conmemoración y recuerdo para los caídos, donde se honra la memoria de los soldados alemanes. No solo es un espacio de valor histórico, sino también un recordatorio de los horrores y las consecuencias de la guerra.
Al llegar allí lo primero que pude ver fue el rótulo de bronce al pie de la escalinata de acceso, con una leyenda que reza:
“En este cementerio de soldados descansan 26 soldados de la Primera Guerra Mundial y 154 de la Segunda Guerra Mundial. Pertenecieron a tripulaciones de aviones que cayeron sobre España, submarinos y otros navíos de la armada hundidos. Algunos de ellos murieron en hospitales españoles a causa de sus heridas. Sus tumbas estaban repartidas por toda España, allí donde el mar los arrojó a tierra, donde cayeron sus aviones o donde murieron. El Volksbund en los años 1980–1983 los reunió en esta última morada inaugurada en presencia del embajador de la República Federal de Alemania en un acto conmemorativo hispano-alemán el 1 de junio de 1983. Recordad a los muertos con profundo respeto y humildad.”
Muy significativo el texto… si lo analizan obtendrán al menos varias conclusiones:
Vigilancia.
Sorprendente… al contrario que en el americano,… ni fornidos guardias, ni vigilantes jurado controlando el recinto, ni altas verjas protegiendo el perímetro, ni doradas águilas alemanas flanqueando la entrada… nada… absoluta libertad… tan solo algunas aves apostadas en las ramas de los árboles cercanos, observando curiosamente a todos aquellos que se acercaban a curiosear, algún que otro visitante ocasional y una anciana – probablemente familiar de alguno de los soldados fallecidos – sentada en un banco a la sombra – Dudo que formase parte del equipo de custodia del cementerio -.
Esa aparente ausencia de supervisión, por una parte, me indujo una clara sensación de libertad, pero me consta que por contra ha permitido en que en más de una ocasión vandalizasen sus lápidas…
El soldado.
Al igual que hice en el artículo sobre el cementerio americano, elegí un soldado en el que fijarme por si en un futuro tuviese la intención de escribir un artículo similar – finalmente esa idea se ha materializado en este post que están leyendo -. Me fijé en varios, también en las lápidas de los soldados desconocidos “Ein unbekannter Deutcher Soldat”, e incluso en la de algún soldado italiano, pero finalmente me decidí por Hans Möeller. ¿El motivo?: Marta.
Alguien, una mujer…. Vaya, … era la única tumba adornada con una hermosa flor – reciente, aún estaba fresca – como presente al fallecido.
He buscado información acerca de él, … también, como en el caso del soldado americano, apenas nada, tan solo que el 24 de marzo de 1943, su avión, un Fw Condor (Wnr. 0192 F8+ER del 7/Kg40) cayó. Los cuerpos de cuatro de sus tripulantes fueron apareciendo en la costa vasca durante el mes siguiente y se dieron por desaparecidos a dos.
Un simple operador de radio, … Hans Möeller fue un simple operador de radio, haciendo su trabajo al servicio del país que lo vio nacer. Pago con su sangre ese trabajo. El paso del tiempo se ha tragado su recuerdo y su vida… Para todos excepto para ella. Para Marta.
Algo muy intenso debe de vincularlos. ¿Qué? Lo desconozco, aunque me gustaría saberlo.
Una preciosa flor, colocada con esmero en un cuenco con una precisa lazada y un dibujo de un corazón atravesado por una flecha – si pulsan sobre la imagen que ilustra este post, podrán comprobarlo ustedes mismos -. Desconozco quien es esa Marta, ni su relación con el caído. Pero estoy seguro de que a él le habría reconfortado la idea de saber que alguien aún lo recordaba y lo honraba de tan bella manera a pesar del tiempo transcurrido.
Espíritu y Energías.
Muy al contrario que en el Cementerio Americano, en la que a pesar de la sensación de profundo respeto todo me pareció una magnífica puesta en escena, pero de clara artificiosidad, salí del cementerio alemán con una sensación de naturalidad, calma y paz interior que me sorprendió.
No sé si fue el entorno… si la cálida luz azul que bañaba el camposanto… si el refrescante sonido del agua o quizá el dulce canto de los pájaros, pero el ambiente sin duda invitaba al reposo y a la relajación.
¿No les he hablado de la compañía con la que acudí allí, ¿verdad?, pero ahora viene al caso. Dos de ellas, personas con una especial sensibilidad hacia todo lo relacionado con la espiritualidad y las energías del ser humano, coincidieron conmigo en la sensación de paz que se respiraba en el lugar.
Me resultó muy curioso lo que me dijo una de ellas al marcharnos de allí.
Pensé que quizá los caídos se encontraban a gusto esa su última morada final, por ello daban su tácita aprobación, y … esa energía… emanaba de la tierra.
Confío en que si alguno de ustedes viaja por la zona y se decide a visitarlo confirme si regresan con la misma impresión que les narro.
Epílogo.
Como conclusión, puedo constatar que el cementerio alemán de Cuacos de Yuste es un apropiado testimonio tangible de la participación alemana en la Segunda Guerra Mundial y representa un punto de interés tanto para aquellos interesados en la historia militar como para quienes buscan comprender el legado y las consecuencias de este conflicto.
Es curioso, … si lo piensan bien, … Tanto el imperio español de Carlos V como el pretendido imperio alemán que Adolf Hitler quiso edificar cayeron. Todos los imperios caen, víctima de sus propias soberbias, estruendosamente, con la dolorosa pérdida de vidas y territorios… Occidente caerá – algo se intuye en el horizonte -, esperemos que no tan estruendosamente como lo hicieron estos y me pregunto:
¡Demasiadas preguntas por contestar!
Probablemente lo haga el mundo islámico – quizá Turquía que está firmemente empeñada en resucitar el Imperio Otomano -. No se andan con inútiles remilgos ni estúpidos buenísimos. China lo sabe y creo que por eso mantiene al pueblo Uigur sujeto con mano firme.
¿Qué opinan ustedes?
Antes de marcharme del lugar, apagué mi cámara Canon, le coloqué el protector de lente, la guardé en su mochila, y me acerqué al banco a la sombra a sentarme tranquilo para echarle un último vistazo al recinto. Me senté, cerré un segundo los ojos, respiré y me quedé un minuto junto a la anciana. Me despedí de ella y me marché junto con mis compañeras.
Al reunirme con mis compañeras comentaron:
– Se te notaba a gusto y cómodo allí sentado a la sombra.
– Si, agradecí la sombra, la suave brisa y que la señora se apartase un poco para dejarme un lado. Quise permanecer allí un momento pensando.
– ¿Señora?, ¿Qué señora? Estabas allí solo, como meditando.
– ¿Solo?, ¿no la visteis?
Preferí, no añadir nada más, simplemente nos marchamos… pero ahora me pregunto qué ocurrió durante ese minuto de soledad, quién o qué era esa anciana que estaba allí junto a mí … ¿lo soñé? ¿un espíritu? ¿Marta?
Morir puede convertirse en el final de todo, pero también hacer eterno el recuerdo de lo que una vez fuimos. Esperemos que los dos bandos hayan tomado nota de lo que ocurrió, y del dolor y la sangre vertida con la que regaron los campos de batalla de una Europa que, como hoy, vive más separada que unida. Estoy seguro de que ninguno de ellos pensaba que se convertirían en recuerdos mudos de los desastres de la guerra – por muy hermosos y simbólicos que sean sus lugares de acogida final -.
Como reza la leyenda de la placa… me despido, de ustedes por hoy y de los caídos del bando alemán por siempre, con profundo respeto y humildad.
Un saludo, Damas y Caballeros.
P.d.: Investigando y documentándome para el artículo – mi agradecimiento a las fuentes – descubrí que justo al lado de la tumba de Hans Möeller, está la de Otto Hartman – se aprecia justo a la derecha de la imagen -, joven comandante de 26 años del submarino U-77 cuya vida y hundimiento está abundantemente documentados, quizá debía haberles hablado también de él, pero no quería extenderme demasiado. Les animo a investigarlo. Nos volvemos a leer pronto, esta vez con un artículo algo más técnico que «filosófico»!!!
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