Palabras, tiempo de: “Sol y Moscas”!!!

Libro: Sol y Moscas

Buenos días/tardes\noches queridos lectores en busca de saciar vuestra curiosidad acerca de mis andanzas y avatares. En esta ocasión más que andanzas las calificaría como aventuras de sofá o, en todo caso, de música y atardeceres de ocio.

Dicen que construir algo verdaderamente importante cuesta tiempo y esfuerzo. Escribir este artículo en verdad me ha costado tiempo, pero… ¡no esfuerzo! Trabajar en algo que te llena pasa a convertir cualquier esfuerzo en pasión. En el caso del tema que os presento hoy, hablo de «tiempo de lectura»;…  Lectura al atardecer, sentado en mi habitación, mientras el sol se oculta tras los tejados del vecindario. Acompañado por algo de buena música e incluso algunas veces también por un té con miel. Esos ratos esporádicos, si bien no tan emocionantes como un safari en Kenia, escalar un ochomil, o enfrentarse a la mirada de una mujer, son en cambio momentos simples, sencillos, al alcance de cualquiera y en determinados casos, gracias a la prolífica imaginación que a algunos nos caracteriza, permite sumergirse en las infinitas posibilidades de lo que la mente del ser humano es capaz de concebir.

Relativo a esto último que acabo de comentar, decía Albert Einstein:

El conocimiento te llevará del punto A al punto B… la imaginación a cualquier parte!!!

Así pues, introduzco una novedad en el tipo de artículos que publico en este blog. Desarrollo para ustedes mi primera crítica de literatura militar. Pero no una cualquiera, sino una a la usanza de este que caballero que os escribe y que con el tiempo… ese del que hablaba más arriba… ha aprendido a tratar tan solo de aquellas cuestiones que merecen ser tratadas con el rigor y respeto que suelo dedicar a las tareas que emprendo. Leer el libro, y redactar mi opinión acerca de esta atípica pieza literaria que os acerco, sin duda ha merecido el “esfuerzo”.

El Autor y su Libro.

El autor… Manuel Parrilla Gil es aviador. Formado en la Academia General del Aire, ha pilotado aviones militares y civiles durante cuarenta años. Formó parte de la 38 Promoción de la Academia General del Aire. Posteriormente ejerció como piloto de caza en Albacete y Salamanca, donde formó parte del Ala 14, volando Northrop F-5 y Mirage F-1. Estuvo más de treinta y ocho años en activo, y luego siguió volando en compañías de carga y pasaje para dedicar sus últimos años como aviador a la extinción de incendios. Ahora ejerce de escritor y colaborador en publicaciones especializadas en el mundo de la Aviación y la Historia.

¿El libro «Sol y Moscas«?… Bonita encuadernación. De calidad. Pesa 716g y mide 23,7×17,1cm. La tipografía usada – fuente, tamaño, espaciado, interlineado e impresión general – es adecuada y permite leer el texto sin abigarramiento, con comodidad y claridad. No sé si les pasará a ustedes, pero… ¿Al abrir alguna que otra obra, no tienen la sensación de cierto caos por lo comprimido, apelotonado y ofuscado del escrito? Este, muy al contrario, limpio, espacioso y ordenado parece invitarte a sentarse y leerlo calmadamente.

Lo adquirí casi sin mirarlo, más por tener un autógrafo del autor que por el contenido en sí y … bueno… acostumbrado a otras obras sobre aviación de las que dispongo en mi biblioteca, imaginaba que una vez me pusiese a ojearlo, vería la típica retahíla de enumeraciones, fechas, tablas de datos, descripciones técnicas, descripciones operativas y aburridas transcripciones oficiales de los acontecimientos… En fin… otro libro más del montón… ¡Cuán equivocado estaba! Y ¡Cuán sorprendido quedé una vez me decidí a leerlo! Muchas tardes… muuuchas… muchas agradables tardes recreando en mi mente lo acontecido en los cielos de nuestro denostado país!!!

No se trata de un libro técnico… ¡Para nada!… Se mete en la piel de los protagonistas, de los pilotos, del hombre como rey y señor de los destinos, novelando cada uno de los episodios tratados, poniéndose en el papel de los implicados, imaginando qué sentían, qué los motivaba, qué pasaba por sus cabezas. Como muchos de ustedes sabrán, he volado en parapente, pilotado paramotores y ocasionalmente he estado a los mandos de algún que otro aparato de aviación ligera. Conozco muy bien las sensaciones ahí arriba. Lo bueno, y lo malo… las vistas, los atardeceres, volar entre nubes… el cielo en tus manos, el compañerismo, pero también el frío gélido de los inviernos, los nervios, las dificultades de orientación, los problemas de motor y por desgracia la pérdida de algún compañero… Leer el libro me ha hecho revivir todas esas sensaciones, y comprender mejor por lo que pasaron. Para ponerme mejor en situación durante cada capítulo debo añadir la ayuda que supusieron los anexos técnicos del libro… constantes saltos a ellos para “ponerle cara” y entender las diferencias técnicas de los modelos de las aeronaves descritas para así además poder recrear en mi imaginación las complejidades de los combates.

Por diferentes vías relacionadas con el mundo de la aviación me habían llegado tan buenas recomendaciones – en especial la de mi apreciado Rafel Nieto – y referencias tanto del libro como del autor que pensaba comprar un ejemplar en cuanto tuviese oportunidad. Cuando me enteré de que lo iban a presentar en las instalaciones del Real Circulo de Labradores de Sevilla vi la oportunidad de “matar dos pájaros de un tiro” y conocer personalmente al autor.

El Resumen.

Sería para mi muy difícil, verdaderamente difícil, resumir el libro. Está lleno de anécdotas acerca del desarrollo de la aviación española tanto durante la Guerra Civil como durante la Segunda Guerra Mundial. Si les digo la verdad… por edad ambos periodos me pillan algo lejos y, aunque por mi afición a la historia de la aviación conozco a grandes rasgos el desarrollo de ambos conflictos, llevado de la mano del autor leer el texto me ha permitido entender el discurrir de los acontecimientos y casi a vivir en carne propia las peripecias de los pilotos. Es más… ¿Recuerdan qué ocurre con los estudiantes cuando tratan de aprender alguna materia?… Determinados profesores de historia se empeñan en machacar a los alumnos con fechas, datos y hechos. Estos, acaban odiando sus clases y/o asignaturas pero,… cuando algún profesor las adorna, las contextualiza y las decora con las apropiadas anécdotas, el conocimiento acaba calando en ellos casi por arte de magia y grabados a fuego en su memoria… A mí me ha sucedido algo parecido con la obra; He “puesto cara” a los pilotos, he comprendido mejor las vicisitudes por las que atravesaron y he entendido mejor la línea temporal de sus hazañas. Estoy seguro de que a ustedes también les ocurrirá. Léanlo… será el mejor resumen posible y sin duda la mejor recomendación que les puedo hacer.

El relato no se limita a las cuestiones aeronáuticas en sí. Habla también de lo mundano, de lo terrenal,… de risas, de dolor, de un mundo de espías dobles y traiciones, de torturas y penalidades, pero también de camaradería. Si me lo permiten, veo un enorme potencial cinematográfico en el relato. Cómo ha conseguido el autor imprimirle personalidad a los protagonistas y cómo ha “humanizado” la narración de los sucesos hace que acuda a mi mente el tratamiento que el director británico Christopher Nolan dio a la vertiente aeronáutica de la excelente película bélica “Dunkerque”. Si yo fuese el autor le enviaría una copia en inglés…. Y, ¿quién sabe?… Con ese director, algo de valor y el apoyo financiero del Ministerio de Cultura y/o de Defensa

Si desde el punto de vista aeronáutico/técnico tuviese que destacar algún pasaje concreto del libro recalcaría cómo se novela la pugna entre los aviones Heinkel HE-112 y Messerschmit BF-109 por convertirse en el principal avión de combate de la aviación alemana. Más allá de los aburridos análisis técnicos con que suelen describir estas cuestiones en otros libros, este lo enfoca desde el punto de vista humano… Casi pude sentir el ronroneo de los motores Junkers Jumo 210 que propulsaban ambos modelos, las dificultades de manejo por parte de sus pilotos, las modificaciones técnicas a las que tuvieron que someterse hasta convertirse en los prototipos finales a evaluar, y la opinión/baremación de aviadores y políticos para finalmente decidirse por el ganador en función de sus mejores cualidades aerodinámicas y de potencial desarrollo futuro. Todos sabemos cuál resultó seleccionado, ¿verdad?

Es cierto que a veces la confianza mata. Es algo que no deja de sorprenderme del ser humano. Quizá no sea la anécdota más extensa del libro, pero no pude más que quedarme estupefacto al leer cómo dos excelentes pilotos, el teniente García de Juan y el capitán García Pardo a los mandos de los por aquella época “modernos” y recién entregados Heinkel HE-112, fallecieron por exceso de confianza cuando, al dar ya casi por finalizada y ganada la guerra, quisieron agasajar al personal de tierra del aeródromo de Alamuez simulando algunas maniobras de combate. Fatídicamente, confiándose en su experiencia como pilotos de las aeronaves que de las que habían dispuesto hasta entonces, realizaron algunas maniobras a baja altura presumiendo que los aparatos se comportarían como aquellos a los que estaban acostumbrados. El resultado… un avión estrellado en invertido, otro precipitado en barrena y el tercer piloto que los acompañaba atónito al ver cómo sus compañeros, supervivientes de tantos combates, morían absurdamente cuando ya no había amenaza con la que luchar.

De las muchas anécdotas noveladas en el libro considero una notable omisión que cuando el autor relata el derribo por un Polikarpov I-15 del piloto alemán Friedrich Windemuth – que en ese momento pilotaba el ME-109D 6-98 en una de las últimas batallas aéreas de la Guerra Civil – olvidase mencionar el noble gesto que el piloto republicano que lo derribó – José Falcó – estuvo realizando durante los años posteriores a la finalización del conflicto, depositando flores en la estela funeraria ubicada en el lugar donde fueron hallados los restos de su avión – junto al aeródromo de Vilajuïga-Garriguella el 6 de febrero de 1939 -. Todo un ejemplo de eso que nos hace humanos y honroso símbolo de reconciliación/penitencia frente al violento pasado. En palabras del propio Falcó:

“Murió él, pero pude haber sido yo, y por eso siempre que volvía al Empordà, recogía algunas flores y amapolas rojas y se las dejaba junto a la lápida”.

Por último, no me queda más remedio que elogiar la labor de investigación del autor. Recopilar los diarios de vuelo de los pilotos, ya de por si complicado, e imaginar cómo discurrirían los hechos para dotar a las lides aéreas de un realismo cercano, alejado de tecnicismos aeronáuticos, y también dotar a las intervenciones de los protagonistas de sus respectivas personalidades, caracteres y sentimientos, es algo difícil de trasladar al papel para cualquier escritor. ¿Me pregunto si llegó a hablar con alguno de los supervivientes/familiares o se limitó a obtener la información base a partir de la bibliografía que enumera en el anexo?

Los “peros”.

Hablar de la Guerra Civil es un deporte de riesgo en estas fechas. La vida política y social está claramente polarizada y a pesar del tiempo transcurrido, las heridas siguen – y algunos se empeñan en ello – abiertas. Escribir sobre unos episodios tan cargados de controversia siempre genera suspicacia. Recelos que se pusieron de relieve y generaron tensión entre los asistentes y el autor durante la presentación de la obra. Se produjo una tensa discusión con alusiones respecto al enfoque dado por el escritor a la supuesta trama/conspiración italiana del bando nacional para conseguir apoyo militar incluso ya antes del comienzo de la sublevación/hostilidades. Algún oyente durante la presentación – y posteriormente en los foros donde publiqué una nota al respecto -, echó en cara al ponente su falta de seriedad por el presunto sesgo político republicano que parecía mostrar.

Tras leer el libro al completo, no puedo certificar esa «cierta» inclinación que se le achacó excepto hasta los últimos capítulos del libro, en los que se aprecia una clara tendencia a detallar más exhaustivamente y/o dar más protagonismo a las acciones y aeronaves del bando republicano/comunista. Considero que en general el autor ha sido bastante imparcial, admirables sus narraciones acerca de la participación de la Escuadrilla Azul en la LuftWaffe, aunque quizá para redactar los últimos episodios encontrase más documentación relativa a la participación de pilotos españoles en las fuerzas aéreas soviéticas. Con algo más de paciencia, y si me hubiese parecido razonable señalar el libro con un marcador, podría haber hecho algún análisis de tipo estadístico como por ejemplo contabilizar en número de páginas dedicadas a cada uno de los bandos,… pero he disfrutado tanto del relato que manchurrearlo con rotuladores de color… ¡me parecía un sacrilegio!

Pero… como suelo decir:

Su libro… sus normas… su punto de vista!!!

En otro orden de cosas, el ejemplar del que dispongo es de la 2ª Edición ampliada. Si tuviese que sugerir algún “pero” al aspecto editorial de cara a una próxima reedición creo a buen seguro que los más aficionados a la “cosa técnica” agradeceríamos mejorar la sección “Aviones en planta”. Dedicaría al menos una página completa a cada aparato – incluyendo bombarderos -: En el anverso, las actuales plantas con las diferentes vistas en tres dimensiones, aunque con especificaciones algo más extensas. En el reverso incluiría una reseñas/descripciones del desarrollo y características más destacadas de cada aeronave junto con su historial bélico y los aeródromos en los que operó, todo ello fácilmente disponible para su inclusión por el autor o la editorial a través de múltiples fuentes.

Reconozco además que soy de los que le gusta observar los mapas de los conflictos que estudio, así que para “redondear” los apéndices del volumen, y dado que desconozco en general la ubicación de los aeródromos mencionados a lo largo de los relatos – algunos de ellos seguramente ya desaparecidos -, sería de gran utilidad incluir algún que otro mapa o carta de navegación de las zonas de vuelo citadas con objeto de ubicarlas correctamente y, por la orografía del terreno, comprender dónde y cómo se desarrollaron las operaciones aéreas. Es más, … ya puestos a pedir, … ¿Qué opinarían si además incluyese algún que otro mapa del frente de combate con las típicas flechas que muestran la dirección de los ataques en las diferentes zonas en las que se desarrollaron las ofensivas?… ¡Ahí dejo la sugerencia!

Epílogo.

Todo análisis puede extenderse hasta el infinito, pero… es hora de terminar,  creo que con lo dicho hasta ahora pueden formarse una opinión clara acerca de la obra… dejémoslo así pues. Confío en que el autor considere digno mi modesto/particular trabajo de síntesis acerca de su obra y que a ustedes al menos les haya hecho picar lo suficiente la curiosidad como para optar por experimentar en carne propia el sumergirse en el excepcional relato de las circunstancias y hechos de la historia de la aviación militar española que para muchos son desconocidos y que el texto pretende hacer entender/descubrir.

No dejen de admirar del anexo final con las ilustraciones a todo color algunos aparatos y la interpretación pictórica de varias de las acciones relatadas en la publicación… sin duda un excelente trabajo del dibujante Carlos Alonso!!!

Un saludo y gracias por leerme, Damas y Caballeros!!!

P.d.: Las «referencias» que he encontrado en internet sobre este libro para documentarme mientras redactaba el artículo apenas si merecen calificación de tal… una auténtica pena. Confío en que mi análisis del texto pueda servir de ayuda. ¡Ah! y no dejen de visitar los enlaces embebidos en los diferentes apartados de este artículo.

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Crímenes de guerra!!!

Imagen de PixaBay - IanMoone22 (Stop crímenes de guerra)

Tengo un amigo, muy amigo, al que pensé que podría seducir con una oferta irresistible. Lo conozco de hace años, casi – como dicen los abuelos – “desde la mili”. Es abogado, gran profesional y, lo que más lo caracteriza, buen conversador. Nos vemos poco, pero es de esas amistades que como el buen vino, va ganando solera con el tiempo.

Dados los últimos acontecimientos internacionales, la Guerra del Golfo, la Guerra de Kosovo, el Estado Islámico, y ahora la invasión de Ucrania, llevaba tiempo pensando en qué ocurre cuando terminan las beligerancias y hay que dirimir responsabilidades.

Animé a mi amigo a que colaborase con mi blog escribiendo un artículo/ensayo corto que tratase el tema por el que me estáis leyendo abordándolo desde el punto de vista legal. Es más, para facilitarle las cosas hasta le propuse un índice para la redacción del artículo – los apartados que vais a leer luego en negrita -. Se negó. Me dio un amable capotazo, pero se negó.

No voy a ocultar que me disgustó su negativa, pero como dice aquel sabio proverbio turco: “El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos”. Tampoco era cuestión de tirar por la borda una amistad tan consolidada por esa nimiedad, para nada el asunto lo merecía.

Pero… ¿Quién dijo miedo? Estaba resuelto a tratar el tema – mis firmes seguidores –. Quizá no quedase tan académico/fundamentado como el que él hubiese argumentado, peeero… ¡Afirmo que merece la pena hablar de ello!

Así que aquí tienen mi artículo:

Queramos o no, cuando el ser humano tiene ansias exageradas de poder busca conseguirlo de cualquier manera posible, presionando a quien se interponga en su camino hasta alcanzar sus metas. En determinadas circunstancias esas “presiones” acaban degenerando en un conflicto que, cuando llegan a un callejón sin salida, suele resolverse por la vía de las armas.

Muy difícil; siempre he visto muy difícil justificar una guerra. El nivel de tensión llega a ser tal que la mente, el corazón, y la humanidad dejan de regir cabalmente y el sentido de las cosas y todo principio moral acaba estallando en mil pedazos víctima de la irrefrenable pasión por la sangre.

Esa “pasión” incontenida acaba ocasionando víctimas entre los implicados/enfrentados e incluso entre los que “pasaban por allí”. Se actúa de manera irracional, con brutalidad, sin pensar en los daños ni las consecuencias hasta que una de las partes se rinde y claudica, o se alcanza un punto en que la única salida es una paz forzosa/forzada.

Por el camino… muerte, destrucción y crímenes. Crímenes que deben ser juzgados para determinar si tuvieron sentido o fueron consecuencia “natural” de la dinámica de la guerra.

Ufff… queridos amigos… intentaba escribir un párrafo medianamente “aséptico”, pero… ufff… mientras me documentaba para el artículo, investigando su base legal, he llegado hasta el cuadro comparativo de “Los Crímenes de Guerra según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y su base en el Derecho Internacional Humanitario”.

Lo siento, pero he tenido que pararme… He apartado un momento el teclado, me he llevado las manos a la cabeza y he estado a punto de llorar… Me he sobrepuesto porque me ha podido más mi empeño en redactar esta nueva entrada en el blog… pero vaya si me ha costado. Echen una ojeada al listado si se atreven – Se lee con “facilidad” y se “entiende” bastante bien -. Insoportable la maldad y la cantidad de atrocidades que un ser humano es capaz de infligirle a otro ser humano.

Les resumo los enunciados de tres de los ejemplos de los cientos – y su gama de variantes – que enumera. En el “Cuadro” completo tras los puntos suspensivos se describen los detalles de cada salvajada. ¡Imaginen!:

      • Emplear balas que se ensanchan o aplastan fácilmente en el cuerpo humano…
      • Cometer actos de violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado…
      • Someter a las personas a mutilaciones físicas o a experimentos médicos o científicos de cualquier tipo que no estén justificados en razón de tratamiento médico…

Permítanme dar por supuesto que todos tenemos en la cabeza una idea aproximada de qué es un crimen de guerra. La mía es: Una violación flagrante de las más mínimas normas éticas de lo que se supone que es una guerra… Porque bueno… es evidente que no es lo mismo una muerte que otra.

No es lo mismo un muerto por herida de bala en un tiroteo entre facciones combatientes, que un tiro a bocajarro en la frente a un soldado que se ha rendido y está detenido y arrodillado en el suelo – suena duro, pero se da el caso, cuando se trata de un «civil» es incluso más sangrante -. Ha ocurrido siempre, a lo largo de la historia de la humanidad, por distintos motivos, de distinta forma, con distintas armas – a medida que estas han evolucionado -… pero ha sucedido.

    • 2.- Cómo actuar legalmente contra un presunto criminal de guerra.

En cualquier conflicto bélico una vez finalizadas las hostilidades los vencedores suelen “ajustar las cuentas” a los culpables de que la situación llegase al punto en que todo estalló, enjuiciando a los lideres políticos y militares responsables de la campaña enemiga. Igualmente, la población civil busca esclarecer y resarcir el daño que ha sufrido enjuiciando también a los soldados – “brazos ejecutores” de las decisiones de sus dirigentes – que cometieron las matanzas efectuadas durante la contienda.

Ninguna guerra es justa, y desde las guerras en la Palestina de 1469 antes de cristo, pasando por Roma, oriente, el genocidio de los indios americanos, hasta las “guerras modernas”, a los criminales de guerra se les ha juzgado bajo diferentes marcos legales – ¿Quién de ustedes no ha escuchado hablar del Código de Hammurabi, los Convenios de Ginebra o los Juicios de Nuremberg? -.

Hay mucha, créanme… muuucha documentación sobre como a lo largo de la historia se la legislado el tratamiento las consecuencias de un conflicto bélico. De los miles de textos de referencia sobre el tema he elegido como muestra algunos curiosos de leer y bastante “asequibles”.

Pero lo cierto es que, en la actualidad a consecuencia de los trágicos hechos ocurridos a lo largo de toda la historia de la humanidad, del desarrollo actual alcanzado por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y del Derecho Penal Internacional, se decidió celebrar en la ciudad de Roma una Conferencia Diplomática de plenipotenciarios de las Naciones Unidas para establecer de una vez por todas normas de enjuiciamiento de este tipo de actos, lo que condujo al establecimiento de la Corte Penal Internacional, cuya acta final fue suscrita el día 17 de julio de 1998. De ella se derivó el Estatuto de Roma decidido a poner fin a la impunidad de los autores de esos crímenes y a contribuir así su prevención.

Desde ese momento cualquier genocidio, crimen de lesa humanidad, crimen de guerra o crimen de agresión puede ser perseguido y condenado en virtud de su paraguas de cobertura.

    • 3.- Cómo defender a un acusado de crimen de guerra.

A lo largo de la historia – disculpen la muletilla de “a lo largo de …”, se que me repito, pero con ello pretendo poner de manifiesto que todo ese camino ha sido “necesario” para llegar al punto en que nos encontramos – se ha sido en general bastante poco condescendiente con los inculpados por crímenes de guerra, en muchos casos se han resuelto sus causas de manera bastante expeditiva y con poco o ningún respaldo legal. Pero en la actualidad vivimos en un mundo muy diferente: Una sociedad Garantista.

El derecho a un juicio justo se encuentra en la esencia del artículo 10 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). Trataron de evitar la repetición de las atrocidades de la Alemania de Hitler, donde los jueces y tribunales acataron las órdenes del régimen nazi en vez de defender la causa de la justicia en interés del pueblo. Algunas garantías para un juicio justo, incluido el derecho a la presunción de inocencia, también se encuentran en los artículos 6, 7, 8 y 11 de dicha Declaración.

El derecho a un juicio justo ha sido aceptado sin discusión por todos los países (aunque no siempre se haya respetado). Así no sólo protege a los sospechosos/acusados, sino que también consigue que las sociedades sean más seguras y fuertes al consolidar la confianza en la justicia y en el Estado de Derecho.

Que sea juzgado con justicia no quiere decir que el encausado deje de ser culpable y que tenga que pagar por sus crímenes, pero al menos asegura el no rebajarse al mismo nivel de irracionalidad y crueldad que la del presunto reo. Él o ella pueden alegar todas las razones que consideren oportunas para su defensa, pero no quita la realidad del sufrimiento y los daños causados.

Como ejemplo, en el caso del juicio al exlíder serbobosnio Radovan Karadzic por crímenes de guerra y de lesa humanidad en la antigua Yugoslavia. Él baso su defensa de su papel como presidente de la República alegando que bajo su mandato todas las comunidades formaban parte de «un pueblo». Entre otras argumentaciones se justificó diciendo que:

      • “Estaban dispuestos a convivir con los musulmanes, pero no bajo su yugo en un régimen donde vulneraran nuestros derechos fundamentales”.
      • “Los hechos que ocurrieron fueron el resultado de la caótica situación que ocurre en una guerra civil».
      • “Los serbios tan sólo intentamos defendernos para no continuar haciendo un sinfín de concesiones».
      • Afirmó que son los líderes musulmanes como Izetbegovic (fallecido en 2003) quienes deberían haber sido acusados y llevados al TPIY (Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia).
      • Reiteró que llegó con Estados Unidos a un acuerdo de inmunidad dentro de los Acuerdos de Dayton que pusieron fin a la guerra de Bosnia.
      • Aportó extractos de personalidades políticas como James Baker y Colin Powell, quienes afirmaban que el reconocimiento internacional de la independencia de Croacia, Eslovenia y Bosnia-Herzegovina fue «prematuro».

Se le escuchó, se argumentó con los avales legales pertinentes… y finalmente fue condenado a 40 años de cárcel por el genocidio de más de 7.000 varones musulmanes en Srebrenica en 1995 y el asedio de Sarajevo.

    • 4.- Conclusiones.

Se puede escribir mucho sobre el tema – tienen a su disposición cientos de sesudos estudios al respecto – pero al menos, sin extenderme demasiado para no aburrirles, he expuesto de manera somera qué es son crímenes de guerra, como la ley lo contempla y como se asegura el derecho a la defensa que cualquier acusado por ellos.

Si han leido alguno de los textos de referencia que indico en el apartado 2, habrán comprobado que el concepto de crimen de guerra ha variado a lo largo de la historia y lo que ahora consideramos una brutalidad antes era normal, aprobado, aceptado y justificado. Es más el éxito de la guerra, «institucionalizada» como herramienta de gestion de política, se medía en número de muertos: A mayor número de muertos mayor gloria del vencedor.

Hablaba al principio de Garantismo. Creo que a veces se asume en exceso – los abogados son capaces de hacer parecer blanco lo negro -, pero la ley es la ley y está para cumplirla y defenderla. El pueblo en ocasiones, con o sin razón, se toma la “justicia por su mano”, lo que le hace perder la fuerza de la razón. Tenemos los ejemplos y las tristemente repetidas imágenes de las muertes de Sadam Husein, Muamar Gadafi, o el reciente magnicidio de Shizno Abe (no como criminal de guerra sino como deleznable, indigno e injustificable ejemplo «justicia por su mano» a manos de un loco perturbado).

No soy abogado, pero entiendo que, respecto al asunto que nos concierne ahora, el objeto de los Tribunales Penales es y debe ser dictar sentencias ejemplarizantes para que el pueblo sepa que cuenta con mecanismos de defensa frente al opresor. Cualquier gobernante ha de ser consciente que, en caso de perder esa impunidad de la que alardean mientras está en el poder, tarde o temprano será juzgado por ello.

Tenemos ahora mismo Ucrania ardiendo por los cuatro costados. Una tragedia. Pero, por expresarlo de forma sencilla, en este momento Putin es Dios, y ningún gobernante occidental se atreve a toserle en la cara sin temor a las consecuencias… sin embargo esa situación no va a durar siempre. Él y sus acólitos lo saben.

Solo el tiempo y la historia dirá quien acaba pagando por los crímenes que se están cometiendo y como juzga la historia a los culpables.

Fin

La política hace extraños compañeros de cama llegando a pervertir los fundamentos de la ley y de lo correcto… No hay más que ver la manera en la que los políticos tratan de justificar todo lo que está sucediendo alrededor de conflicto ucraniano – incluso lo que sucedió en el pasado en nuestra propia casa, nuestro propio país, España – o lo que podría ocurrir (véase además el ejemplo de lo se está rumiando respecto a la soberanía de Taiwán).

Conviene recordar aquello de que: «La historia la escriben los vencedores«.

Se preguntarán… ¿Que pasa, este hombre – Yo – no habla de las víctimas, de sus derechos?… Si leen de nuevo el artículo entenderán que han estado presentes desde el minuto cero, pero en mi opinión nada, ni el mejor de los juicios, ni la sentencia más fundamentada, ni la condena más clara, puede compensar la perdida de una vida humana.

Siempre queda la venganza y/o el perdón, pero… ¿Compensan?

Creo que el problema tiene dificil solución… El ser humano es capaz de lo mejor, pero tambíen de lo peor… y sobre todo muy muy susceptible de manipulación. En el contexto actual sin duda se hace necesaria una redefinición del papel de las Naciones Unidas y dotarla de herramientas efectivas de control de la política mundial. A fecha de hoy… haría falta un cataclismo para que eso ocurra.

Un saludo, Damas y Caballeros.

P.d.: Confío que cuando mi estimado y docto amigo lea el artículo, lo encuentre adecuadamente argumentado – Para haberlo escrito un neófito en temas legales – y que se sienta lo suficientemente aludido de manera que cariñosamente su conciencia lo “obligue” a una futura colaboración. Inisistirles en visitar los enlaces que he insertado en el texto para documentarlo; merencen la pena.

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